Hermanos: Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les conceda que su Espíritu los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en sus corazones. Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.
A Él, que con su poder que actúa efecazmente en nosotros, puede hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos, le sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades y por todos los siglos. Amén.
Efesios 3, 14-21
Hola,
Una de las oraciones más hermosas que podemos encontrar en la Sagrada Escritura es esta que dirige uno de los mayores testigos de la bondad, amor y sabiduria de Cristo Jesús, San Pablo. Se la dirige al Santo Padre, para que cada uno de nosotros pueda TENER LA EXPERIENCIA DEL AMOR DE DIOS.
En esta oración primero pide que podamos conocer este amor, pero luego dice "que puedan experimentar". Y es que es muy distinto saber que una persona me ama a sentirme amado. Esto es lo que hace la diferencia en un matrimonio, en una familia o en una amistad. Puede ser que todos sepamos que nuestro papá, nuestro esposo(a), hijos, etc. nos aman, pero la pregunta sería, ¿realmente me siento amado? ¿su amor es de tal modo manifiesto que lo percibo y me siento amado? Muchos problemas de desintegración familiar tienen como origen --no la falta de amor entre padres e hijos--, sino la falta de la EXPERIENCIA amorosa entre ellos.
Lo mismo sucede con Dios. Yo creo que todos los cristianos sabemos que Dios nos ama, pero ¿realmente nos sentimos amados por el? Si tú no te sientes amado Dios, no es porque Dios no manifieste su amor hacia ti, si no porque muchas veces nosotros hemos cerrado la puerta a este amor: no oramos, no participamos de los sacramentos con devoción sino con prisas, no leemos la Escritura, etc. Dios quiere que tú experimentes este amor.
"Observate sin ceguera y di con precisión y coraje lo que estás sintiendo"
Sócrates
Preparemonos pues con esta experiencia, y empezar así la temporada de Adviento en nuestro hogar y practiquemos la oración en familia cada domingo de diciembre hasta llegar al último, siendo estos días los que nos preparán para recibir el mayor de los amores de Dios, su amado Jesús y acompañar a la Madre María y al bendecido José en ese momento tan especial.
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