Para poder vivir, primero debemos poder disfrutar. Disfrutar tranquilamente.
Para poder disfrutar debes estar libre, libre de celos, libre de odio y venganza, libre de cualquier pasión que divida tu interior y lo destruya. Si sabes disfrutar, sabrás reírte y alegrarte.
Entonces estarás agradecido por el hecho de que el sol se levante cada día para ti. Entonces encontrarás personas amables y a través de cada sonrisa vendrá hacia ti la amistad de Dios, a través de cada flor, cada palabra bonita, cada mano, cada abrazo.
Si puedes disfrutar tranquilamente de las cosas pequeñas, no hay duda de que vives en un jardín lleno de gloria.
"Basta un poco de espíritu aventurero para estar siempre satisfechos, pues en esta vida, gracias a Dios, nada sucede como deseamos, como suponíamos, ni como teníamos previsto."
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